CICLO A – TIEMPO DE ADVIENTO – DOMINGO II
El Espíritu llena Cristo
Jesús que llega es Justicia, Paz y Fidelidad: convirtámonos a Él, vivamos sus
actitudes y gozaremos su Salvación
Is. 11, 1-10: Saldrá
una rama del tronco de Jesé... Sobre Él reposará el Espíritu del Señor: ...de sabiduría
e inteligencia, ...de consejo y fortaleza, ...de ciencia y temor del Señor...
juzgará con justicia a los débiles... herirá al violento con la vara de su boca...
la fidelidad ceñirá sus caderas... No se hará daño ni estragos en toda mi
montaña santa... la raíz de Jesé se erigirá como estandarte... las naciones la
buscarán y la gloria será su morada.
Salmo 711-2.7-8.12-13.17: "Que en tus días florezca la Justicia."
Rm. 15, 4-9: Todo lo
que ha sido escrito en el pasado ha sido escrito para nuestra instrucción, a
fin de que... mantengamos la esperanza. Que el Dios de la constancia y del
consuelo les conceda tener los mismos sentimientos... de Cristo Jesús...
glorifiquen a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Cristo se hizo
servidor de los judíos... para que los paganos glorifiquen a Dios por su
misericordia...
Mt. 3, 1-12: "Se
presentó Juan Bautista proclamando...: «Conviértanse, porque el reino de los cielos
está cerca»... La gente de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región... iba
a su encuentro... confesando sus pecados... Juan les dijo: «...Produzcan frutos
de sincera conversión... Yo les bautizo con agua para que se conviertan; pero
aquel que viene detrás de mí... Él los bautizará en el Espíritu Santo y el fuego...»".
¡Cuánta confusión en nuestro mundo! También nosotros nos aturdimos si no queremos escuchar al Señor; pues,
aunque buscamos paz, unidad, felicidad y solidaridad
sin descanso, no atinamos a encontrar los
caminos adecuados, pues los encontrados no están al nivel de la dignidad de cada persona: fuertes
y débiles; grandes y chicos; sanos y enfermos; considerados
buenos y los que no lo parecen tanto, para que ésta sea adecuadamente respetada y vea
una real posibilidad de madurar y desarrollarse, según la eterna y concreta Voluntad del Señor.
El domingo
pasado se nos invitaba a estar
preparados, a velar, a despertarnos, pues el Señor llega y merece toda nuestra atención, ya que lo que nos trae, si
lo aceptamos, nos lleva a
donde íntimamente todos anhelamos. Este domingo se nos invita a prestar honesta atención y convertirnos porque el Señor siempre nos habla con la Verdad y
guiado por su Amor providente y omnipotente.
Juan Bautista y
Pablo nos piden entender que la llegada del Señor debe ser tomada en
serio. Sus maravillosos dones, nos
necesitan dispuestos a transformar lo
que sea necesario. Todo rito, sin esta actitud interior, de honesta
voluntad de conversión, se
convierte para nosotros en un signo de Vida pero vacío, que, por eso
precisamente, nos condena; pues lo hemos anulado,
con nuestra doble vida.
El Señor ya llegó, escuchemos
y sigamos su Palabra de vida y, con nuestra vida renovada, mostrémoslo
a
las naciones. No nos engañemos con sentimientos –tal vez muy lindos–
pues, si son incongruentes con la vida concreta
llevada y las actitudes que alguno pudiera tener y defender, no salvan.
El Enviado tiene el Espíritu del Señor, vive en la justicia y todos los
honestos le verán y gozarán
El pecado por
la debilidad que suframos no es problema:
el Señor ha venido para los débiles,
para llenarlos de la fortaleza de su Espíritu, si, en verdad, es que se
abren a recibirlo y quieren
seguirle.
Los dones de Dios, en toda
la persona honesta, son siempre
efectivos, eficientes y eficaces, pues el Amor de Dios da a su Elegido la fuerza divina para superar aun las
mayores dificultades sin problema.
Su Fidelidad, Justicia
y Paz son garantía de una relación sana con todos y con toda la realidad.
Pablo nos pide asumir las actitudes de Cristo; pues, solo así, podremos
ser creíbles testigos suyos
La Biblia es la segura Palabra de Dios y nos lleva
a Cristo, pues a Él se refiere toda ella.
Pablo nos pide vivir en Cristo –Camino,
Verdad y Vida– y ser como Él en todo, siempre fieles a los planes misericordiosos de
Dios, que son Providencia para la Vida
de los que más lo necesitan. Lo demás
pasa.
Sólo con humilde
y confiada docilidad seremos, como
Dios quiere, misioneros de Vida y Paz.
Para vivir los dones de Dios, es necesario, ¡indispensable!, convertirse
sincera y concretamente
Juan anuncia
la presencia del Salvador, pero también nos indica nuestra personal responsabilidad. Su Salvación reconstruye nuestra vida, sí, pero en la medida en la que estamos dispuestos
a ser dóciles a la Voluntad del Dios de la Vida y de la Paz. Su
bautismo nos abre a algo mayor: al Señor vivo.
Pidamos a María aprender
a escuchar la Palabra y a vivirla honestamente para convertirnos hoy.
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