Dios ama todo, aun lo pequeño, pero nada debe atarnos: estemos atentos al paso de Jesús por nuestra vida y a su don de Vida y Salvación
Sb. 11, 22-12, 2: "Señor, el mundo entero es, delante de Ti, como un grano de polvo que apenas inclina la balanza… Tú amas todo lo que existe y no aborreces nada de lo que has hecho… ¿Cómo podría subsistir una cosa si no la quisieras?... Tú eres indulgente con todos… Por eso reprendes poco a poco a los que caen… para que se aparten del mal y crean en Ti, Señor.
Salmo 33: "Bendeciré al Señor siempre y en todo lugar".
2Tm. 4, 6-8.16-18: "Rogamos constantemente por Uds. para que Dios los haga dignos de su llamado y lleve a buen término en Uds., con su poder, todo buen propósito y acción inspirada en la Fe… no se dejen perturbar fácilmente ni se alarmen… por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que hacen creer que el Día del Señor ya está cerca".
Lc. 18, 9-14: "Jesús entró en Jericó… Zaqueo… quería ver a Jesús… se adelantó y subió a un sicómoro… Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa». Zaqueo bajó rápidamente y, feliz, lo recibió en su casa… dijo resueltamente al Señor: «Señor, yo doy la mitad de mis bienes a los pobres y, si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más». Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa… El Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido»."
¿Quién se acerca a los que ‘se portan mal’ o ‘a los juzgados no buenos’, si es bueno? Sólo quien tenga un motivo muy superior a la compañía que va a encontrar. Dios nos llama a vivir este motivo superior y Jesús nos enseña a caminar bajo su identidad: que el Padre sea conocido y gozado por quien le necesita, aunque no le conozca o desconozca su verdadera identidad.
Muchas cosas nos pueden desviar en la vida, y sólo mirar a Cristo y conocer al Padre nos permitirá reorientarnos y rectificar caminos, aunque suponga renunciar a muchas cosas.
Tendemos a juzgar a las personas, como si esto no hiciera mejores que ellos, pero resulta que tales críticas, no a hechos o actitudes, sino a personas, nos hace ver que somos parecidos a ellos. Muchas veces, lo que nos fastidia de sus errores es que nos enrostran los nuestros.
La muerte la ponemos nosotros cuando no construimos la vida en nuestro entorno.
Dios es el creador y restaurador de la vida con su propia Vida; Jesús es el conductor de la Salvación, Vida Nueva en la vida cotidiana; el Espíritu Santo es el plenificador de la vida ordinaria en la Vida Divina. Dios está siempre cerca como Padre-Educador-Guía hacia la Felicidad.
La vida es don puro de Dios, quien jamás ha hecho nada que no sea vida y alegría para todos
Dios nos invita a fiarnos de Él, pues ama todo lo que ha hecho, ya que lo ha hecho todo por amor y sólo por eso. Somos sus creaturas y sabe bien que estamos en proceso de formación.
Él no tiene nada que perder ni que temer, pues es objetivamente soberano y, a tal nivel, que si nos llama la atención o permite que paguemos por nuestros errores o terquedades es para llevarnos por el camino de conversión a su eterna Felicidad sin sombra alguna.
La muerte, como realidad temida, es ajena a la Voluntad de Vida y Amor propia de Dios.
Ser fieles a Dios perfecciona todo lo bueno que hay en nosotros, pues a ello somos llamados
Pablo nos estimula a vivir con fidelidad nuestra vocación de testigos del Señor. Lo demás no es tan importante como vivir entre los hombres con una creciente intimidad con el Señor.
La venida del Señor no debe preocuparnos jamás, pues Él siempre nos acompaña.
Es mucho más importante alimentar constantemente nuestra Fe con la Gracia de Dios.
Nuestra vocación es dar al mundo signos de la Salvación de Dios para el bien de todos.
Querer ver a Jesús nos pide sinceridad y vivir sus exigencias, sólo esto es nuestra salvación
Cuando alguien quiere algo de verdad busca todos los recursos para lograrlo, cueste mucho o poco, aunque pudiere dar vergüenza o doler. El publicano quería ver a Jesús y no solo lo logró, sino que supo aprovechar la Salvación que entró a su casa. Los fariseos vivían junto a Jesús pero no tenían ningún interés en Él, a no ser que el de ‘ganarle’ y quitarle autoridad.
Siempre, a lo largo de la vida, Dios nos llama a la salvación: “Quiero alojarme en tu casa”, ¿cuál es nuestra respuesta?; ¿qué reparos pondremos para recibir a Jesús en nuestra vida?
Pidamos a María una Fe cada día más fecunda y que Jesús sea nuestro perpetuo huésped
Vivir ¿para quién?
Dios vive para irradiar vida: ésta es su Gloria y Él desea que todos participemos de ella.
Por eso Pablo puede pedirle que Él lleve a buen término todo buen propósito inspirado en el Fe. Por esto puede pedirnos que no nos dejemos perturbar por posibles noticias del fin del mundo, que en aquel tiempo se explicitaba con el término: 'la vuelta del Señor'.
¿Qué puede inquietarnos, si Dios está siempre con nosotros? ¿Qué temor podemos tener, si el nuestro es el Dios de la vida que no ha puesto veneno de muerte en nada? ¿Qué nos puede hacer temblar, si Dios se ha hospedado en nuestra naturaleza para salvarla?
Lo que nos toca en cambiar de actitud, como Zaqueo, y ponernos a disposición de Quien se ha comprometido con nuestra vida dando la totalidad de la suya.
Todo para el Señor, no solo la mitad y sí, cuatro, y más, veces, para resarcir el daño que hayamos hecho.
El secreto del Éxito es la humildad de dar la vida como pago de una deuda: recibimos la vida para los demás, de modo que, si la damos, lo único que estamos haciendo es cumplir con una tarea pendiente: dar lo que recibimos para todos.
Pidamos al Señor que nos ayude a ser fieles a la Misión de dadores de vida que Él nos ha confiado. Que nada nos atrape; no tenemos derecho a esclavizarnos a ningún dios que nos secuestre para la muerte, pues quedarnos en el egoísmo es quedar secuestrados para la muerte y el fracaso. Que todos sepan que todo lo que somos, lo somos, y debemos ser, para los que nos rodean y lo debemos hacer madurar para darlo siempre mejor.
Dios no nos dio a su Hijo y, en Él, su propia Vida y su Espíritu para que nos hundamos y abandonemos a los hermanos a su suerte, sino para que les señalemos el camino de la Salvación, Cristo, y les enseñemos a recorrerlo.
Dios nos bendiga a todos.
Recemos por esta nación Argentina ante la tremenda sacudida política y humana que significa la partida a Casa del Padre de uno de los grandes líderes de estos últimos años, y más todavía para la actual presidenta, esposa y seguidora política de Néstor Kírchner.
Unidos en oración con María, nuestro Auxilio:
P. José Mª Doménech SDB