domingo, 24 de abril de 2011

DOMINGO DE PASCUA

DOMINGO DE PASCUA

Vivir en el Resucitado, es el sentido de la vida cristiana en el mundo, sólo nosotros podemos dar esta riqueza: ¡somos responsables!

Hch. 10, 34a.37-43: "...«Ya saben lo que ha pasado últimamente en todo el país de los judíos, comenzando por Galilea... Me refiero a Jesús de Nazaret... pasó por todas partes haciendo el bien y dando la salud a todos los que estaban bajo el dominio del demonio por que Dios estaba con Él [...] lo mataron colgándolo de una cruz... Dios lo resucitó al tercer día... Él nos ordenó que predicáramos al pueblo... Todos los profetas dan testimonio a su favor... quien cree en Él recibe el perdón de sus pecados en su nombre»."

Salmo 117: "Este es el día en que actuó el Señor, alegrémonos y regocijémonos en Él".

Col. 3, 1-4: "Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo... su vida está escondida en Dios juntamente con Cristo..."

---------o bien----------

1Cor. 5, 6b-8: "...ahora que Cristo, nuestro Cordero Pascual, ha sido inmolado. ...celebren la Pascua cada día... viviendo con sinceridad y verdad".

Jn. 20, 1-9: "María Magdalena se fue al sepulcro muy de mañana... Se regresó corriendo para decirle a Pedro: «Se han llevado al Maestro...»... salieron corriendo al sepulcro... llegó Pedro..., entró al sepulcro y vio... hasta aquel momento no habían entendido que, según las Escrituras, Jesús debía resucitar de entre los muertos."

Comenzamos la solemnísima celebración de la Pascua del Señor. Solemnidad de solemnidades, ninguna fiesta cristiana está a este nivel. Ella es la que da sentido a todas las demás.

¡El Señor ha resucitado, como anunciaron las Escrituras! Es un día grande para todos.

Nosotros estamos llamados a vivir como resucitados para que el mundo pueda creer.

Dios, al enviar a su Hijo como testigo y dador de su Amor, pensó siempre y solo en nosotros

Pasó por el mundo haciendo el bien y sanando a los que estaban oprimidos por el mal. Descripción perfecta del apóstol Pedro al referirse a Jesús. Toda la vida del Maestro fue un estar atento a la Voluntad del Padre para llenar de vida y alegría a los que se le acercaban y le confiaban su necesidad de ser liberados del mal, sea físico, psíquico, moral o religioso.

No hemos nacido para la esclavitud, para ninguna esclavitud pues cualquiera de ellas no queda solo en la persona siempre tiene repercusiones, pues llega a marcar el ámbito social.

La peor de las esclavitudes es la del pecado, pues, aunque alguien en él encuentre auto-complacencia, siempre acaba auto-degradándose. Cuando la persona lo percibe se da cuenta de su proceso de descomposición moral, y, como no hemos nacido para esto, se siente mal y busca una salida. Cuanto más tarde en asumirla, más se angustia, se enferma perjudica y muere.

El pecado no tiene poder definitivo ante el Amor de Dios, Comunión Trinitaria

Fijarse en el pecado es darle poder, es la naturaleza del mal, que vive de la importancia y atención que le damos.

Dios nos libera pidiéndonos que nos fijemos solo en Él, pues somos sus hijos amados y Él es nuestro Padre, Maestro y Horizonte de grandeza y desarrollo infinito; Él es quien resucitó a su Hijo de entre los muertos para que su Vida fluyera a nosotros. Él, en su Amor, nos da su Espíritu, invitándonos, una vez más, a vivir aceptándolo como Padre, así lo vivió Jesús, el hombre cabal y perfecto, en quien se cumple plenamente todo el único Plan del Padre.

El pecado es creación del Maligno que desea destruir la obra exitosa de la Comunión Creadora-Salvadora-Santificadora, de Dios. Él nos enriquece con la cercanía de su Gracia.

Quien busca aprender a obedecer al Señor de la vida, tendrá en Él su futuro feliz.

Jesús nos llama a vivir como resucitados y así invitar, y enseñar, a nuestros hermanos a creer

Vivir como resucitados es vivir en la sencillez de mirar siempre al Señor para seguirle.

Este estilo de vida es capaz de renovar el mundo sin hacer ruido, pero con suma eficiencia, como levadura, nos da la capacidad de superar todo límite y esclavitud, sobre todo la del pecado. Cada persona y generación hace su camino; allí vemos los esplendorosos éxitos de Dios, el Padre Providente, el Hijo Fiel y el Espíritu Renovador, que nos lleva a la Santidad.

Pedimos a María nos enseñe a vivir todos los días como resucitados, dando Perdón y Paz.


¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN PARA TODOS!

¡¡¡QUE SEAN MUY FELICES EN EL SEÑOR DE LA VIDA!!!

Que vivir este camino de entrega oblativa por Amor para que podamos llegar a gozar la Vida de salvados en el Amor del Señor sea un verdadero encuentro con el Señor de la Paz y la Alegría.

Les deseo estén viviendo una Semana Santa en forma muy fecunda en Gracia por el Don de la Vida del Señor en su Palabra, tan abundante en estos días, en su Eucaristía y en su Paz por la Reconciliación.

Que esta experiencia transforme nuestras personas y familia y, así, nuestra sociedad pueda gozar de los frutos de la Redención que se hacen historia en nosotros.

Dios no impone nada, pero lo ofrece todo para que cada una de nuestras personas pueda llegar a una creciente interioridad enriquecida y alimentada por la Fe para que sea capaz de asumir la realidad, toda la realidad, sea cual sea y sea como sea ella, enriqueciéndola con el Evangelio de Jesús y su presencia santificadora de todo lo bueno, que es lo que Dios creó y nos confió para que lo enriqueciéramos con nuestra conciencia y nuestra decisión libre de amar en el constante don de vida, como Jesús nos enseñó.

María, la Madre del Resucitado, nos ayude a vivir, como ella, abiertos y dóciles al Espíritu de Dios, que con toda libertad se mueve y actúa en nuestro mundo.

Saludos a todos y Feliz Pascua para todos en el Señor.

Unidos en oración con María, nuestra Madre Auxiliadora:

P. José Mª Doménech SDB

viernes, 22 de abril de 2011

SEMANA SANTA - VIERNES SANTO

SEMANA SANTA - VIERNES SANTO

La solidaridad honesta, al estilo de Dios, que busca el bien de todos, es presupuesto básico para el desarrollo integral de la vida humana

Is. 52, 13-53, 12: "Mi servidor triunfará… fue traspasado por nuestras rebeldías… e intercedía…"

Salmo 30: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu."

Hb. 4, 14-16; 5, 7-9: "…sometido a las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado… sufriendo aprendió a obedecer. Así llegó a ser, para los que le obedecen, causa de salvación".

Jn. 18, 1-19, 42: "Prendieron a Jesús y lo ataron... ¿No eres tú también de sus discípulos? ¡No lo soy! Mi reino no es de este mundo... Lo crucificaron y con él a todos dos... Mujer, ahí tienes a tu hijo... Ahí tienes a tu madre... Está cumplido... y expiró"

El viernes santo es el día del amor hasta el extremo: dar la propia vida en sacrificio expiatorio por nuestra salvación y esto hasta el punto de no quedarle nada... solo en el sepulcro.

¡Existió sino para salvar y socorrer a los débiles, pecadores, enfermos; a los que mal-viven según sus limitadísimas posibilidades y no logran comprender sus reales necesidades para cumplir el fin profundo de su vida, que les tiene existencialmente inquietos! Fue masacrado por nuestras rebeliones, dice el profeta. Su salvación fue la confianza en el Amor de su Padre.

Nacimos para algo más que para vendernos para pasarla bien o para los aplausos de otros

El éxito personal del ser humano, en maduración continua, y sobre todo del creyente está en la vida que se desarrolla al darla, sin buscarse a sí mismo ni el efímero aplauso de los demás.

Es evidente que cuesta y duele. Todo lo valioso se consigue con disciplina y sacrificio.

El autor de la carta a los Hebreos lo dice con claridad: sufriendo aprendió a obedecer... y la obediencia le enseñó el camino de la libertad que da sentido a la vida: aceptar el dolor que trae consigo el dar vida a otros y la disciplina de buscar la verdad para el bien para no quedar en las apariencias del brillo de lo pasajero, que mañana ya no es considerado valioso.

El Señor da la vida, porque la tiene en abundancia, para que seamos felices desde el fondo.

Todo Dios se nos entrega en amor para la Vida de todos sin distinción

Esta entrega redentora del Señor en sacrifico de amor para la Vida Nueva de todos, tiene sólo una motivación: comunicarnos y compartir con quienes lo acepten, el Amor libérrimo de la Comunión Trinitaria, entregado a nosotros por el Hijo obediente al Padre por la fuerza transformadora del Espíritu.

Las tres personas de la Santísima Trinidad estuvieron, y siguen estándolo, presentes en el sacrificio del calvario, tanto el cruento de hace 20 siglos, como el incruento en cada uno de los sacrificios Eucarísticos del mundo, celebrados en cada momento de nuestra historia.

Hoy el pueblo de Dios ora al Padre, como Jesús en la cruz, por todos los hombres, de cualquier cultura, sexo y condición social y religiosa, porque Cristo se dio por todos.

No es el sacrificio ni las razones lo que salva, sino el Amor del Dios que ama la vida y la da

La horrible experiencia de Jesús debe ser mirada desde la sapientísima obediencia de Jesús a la Voluntad salvífica del Padre esta mirada nos da la perspectiva adecuada.

O miramos desde arriba o nos perdemos en la maraña complicadísima, y por eso muchas veces incomprensible, de la historia. Son millones de visiones de la realidad: ¡y la mayoría de ellas están seguras de tener la razón casi en forma incuestionable! Ellas pueden cuestionar a los demás, porque ellas están convencidas de que saben, conocen, tienen la verdadera perspectiva. ‘¿Quién, que sea inteligente, podrá atreverse a dudarlo?’, dicen. Al menos ellos no lo dudan.

¿No hace, esta actitud, dificilísima la convivencia?: cuántas guerras, pequeñas y grandes; sociales; familiares; supuestamente religiosas e ideológicas. Los que las arman no se creen necios, sino tener razones ‘justas’. Pero, de ordinario, no tienen ni la perspectiva adecuada, ni la divina. Jesús sí la tenía, por eso no hizo guerra, sino que dio su Vida a favor de la nuestra.

Necesitamos vivir en el Amor del Señor hasta el final para poder hacer nuestra la Vida Nueva que Él nos ofrece en cada celebración litúrgica. Así seremos Cristo en el mundo.

Pidamos a María enseñe y ayude a cada familia cristiana a vivir el don de la propia vida.

sábado, 16 de abril de 2011

CICLO A – DOMINGO DE RAMOS

CICLO A – DOMINGO DE RAMOS

Jesús, el Hijo del hombre, se abre al Padre con dócil y total confianza; por esto vive su entrega con la dignidad propia del Amor de Dios

Mt. 21, 1-11: "...cuando llegaron al monte de los olivos, Jesús envió a dos discípulos, diciéndoles: «Vayan al pueblo... encontrarán a una asna con su cría... tráiganmelos. Si alguien les pregunta, díganle: «El Señor los necesita y los devolverá enseguida»… Eso… es…lo anunciado por el profeta: “Mira a tu rey que entra humildemente montado... en un animal de carga”... la gente… gritaba: «Hosanna al Hijo de David. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en los alturas!»…"

Is. 50, 4-7: "El Señor me ha dado una lengua de discípulo... para que sepa sostener a los cansados... me abre el oído para que escuche como discípulo... Me habla al oído y yo no me he acobardado... Ofrecí mi espalda a los que me azotaban... El Señor me ayuda... he endurecido mi cara como roca y sé muy bien que no seré defraudado."

Salmo 21: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"

Flp. 2, 6-11: "...no hizo alarde de su categoría de Dios, sino que... asumió la condición de esclavo. Semejante a los hombres... se hizo obediente hasta la muerte y una muerte en cruz. Por eso Dios lo ha exaltado y le ha concedido el nombre que está por encima de todo nombre..."

Mt. 26, 14-27, 66: "...sentado a la mesa con los doce, Jesús les dijo: «...uno de Uds. me entregará»... Después de cantar el himno salieron al monte de los olivos... Jesús... les dijo: «Siento una angustia de muerte. Quédense aquí y velen juntamente conmigo... Padre, si es posible, aleja de mí este cáliz, pero no se haga lo que yo quiero sino lo que quieres Tú... El Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores» ...Judas... se acercó a Jesús y le besó... Apresaron a Jesús... lo llevaron al palacio del sumo sacerdote Caifás... Éste le dijo: «Te conjuro en nombre de Dios que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios» Jesús le respondió: «Sí, tú lo has dicho...» El sumo sacerdote... gritó: «¡Ha blasfemado!...» Ellos respondieron: «¡Merece la muerte!»... lo entregaron a Pilatos... Cuando Pilatos preguntó a quién deseaban que se indultase, ellos respondieron: «¡¡A Barrabás!!»... y entregó a Jesús para que lo crucificasen... Desde el medio día hasta la media tarde se extendió una gran oscuridad sobre la tierra... A media tarde Jesús gritó: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»... Jesús volvió a gritar con toda su fuerza y expiró. La cortina del templo se partió en dos y comenzó un fuerte terremoto... El centurión y los soldados... decían: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios»..."

Dios, insistentemente, nos invita a vivir plenamente lo que nos ofrece en su Hijo, quien se hizo uno de nosotros. Él vivió la pasión con la voluntad oblativa del Amor que le llenaba.

Se nos pide que estemos atentos a su voz como auténticos discípulos. Es nuestra decisión: podemos vivir como los fariseos, Pilato, Judas, el pueblo, Pedro, Juan o como María.

La plenitud de la vida es un regalo que Dios nos da, pero se necesita nuestra personal apertura

La forma de asumir las diversas realidades de nuestra vida nos dice qué peso tiene Dios en nuestra existencia. A más presencia del Padre bien asumida, aun desde nuestra debilidad, más plenitud de Dios en nosotros, pues Él es la fuente de Vida y el horizonte real de ella.

Jesús muestra el real camino del éxito: ¡darse honestamente, sin buscar nada para nosotros!

La muerte es una puerta, sin duda dolorosa: lo más importante es cómo la atravesamos. Lo que nos espera es el éxito, y ¡garantizado por Dios! Nosotros damos el paso en cada decisión.

La vida, al fin, tendrá éxito según nuestras actitudes: o buscarnos a nosotros mismos o aceptar a Dios, que nos pide darnos, entregarnos por los demás, ser maduros y llenar de vida a quienes nos rodean sin mantenernos infantiles, atados a efímeros gustos personales.

La vida incluye, en sí, el sufrimiento, nosotros somos quienes le damos el sentido y el valor

A mayor madurez y desprendimiento en el amor, al dar vida, más libertad y paz interior.

Cristo nos invita a ser más grandes que el miedo a sufrir, que siempre será real, concreto, duro e imponente. Jesús nos muestra el camino de la libertad: confiar en el Amor del Padre.

Una cosa es sentir, como Jesús, el mortal peso del miedo y del dolor y otra, dejarse atrapar por el miedo, quedar paralizado: solo el abandono nos da libertad, el Padre sabe y puede.

Escuchemos todos los días al Padre y vivamos en su amor y seremos libres para todo.

Pidamos a María, ser libres, estar atentos y siempre a disposición del Padre, como Jesús.

Antes de salir a la reunión presbiteral en Río Gallegos, deseo enviarles la sugerencia de este domingo especial que nos lleva ya al ambiente de la Semana Santa. Para muchos, también cristianos, es semana de turismo... Que lo sepan aprovechar para encontrarse con el Señor, que está en todas partes.

Si no lo hago ahora, debería hacerlo el viernes por la noche, recién llegado del viaje de todo el día, pues son más 800 km. y es pesado...

Además así se pueden preparar mejor, creo, el domingo.

Si alguna vez no recibieran el comentario, y les interesa tenerlo, no tarden en avisar. Gracias por los que lo hicieron la semana pasada. Esto me lleva a revisar si el correo está bien o no. Por ejemplo, he recibido el aviso de un error respecto el correo de la Sra. Sara Vargas de Huaco, pero me extraña, pues es la primera vez y no sé cuál sea el error, claro que tal vez puede ser error de aviso, que también me ha sucedido.

Les comunico que el inicio del Año Santo Jubilar, fue muy bien vivido por todos: ¡Bendito sea Dios! Gracias por sus oraciones.

Pasemos a comentar lo que el Señor nos dice este domingo.

Es importante estar atentos a lo que el Señor nos dice en cada momento de nuestra vida, a lo que el profeta hace referencia al decir que "me has dado oído para que escuche como discípulo y lengua de discípulo..." saber escuchar..., saber estar a disposición... Las actitudes son el primer lenguaje de la persona...

Jesús obediente, Jesús disponible a lo que el Padre quiera, Jesús se entrega porque está lleno del Espíritu del Padre, que es también en suyo...

Es nuestra continua vocación.

Toda la Semana Santa estamos llamados a despertar nuestro oído y a entrenarlo para llenarnos de Dios y de su vida de Amor que se da y que nos llena a todos, si lo aceptamos, de su propia Vida... Dios no obliga, pero su presencia es maravilla de riqueza para cada uno en particular y a favor de todos los hermanos. Nada es para goce particular, aunque el gozo interior, aun en el dolor, es personal e intransferible... Cuando lo quieres explicar no sabes cómo, pues somos experiencia irrepetible... Cada uno es cada uno, pero siempre para riqueza de los demás.

La vida cristiana es personal, no grupal. Se da, eso sí, la Comunión de los santos, pero según la apertura y responsabilidad de las personas concretas en su interioridad.

Dios nos toma en serio a cada uno, así como cada uno es, y mucho más, como los problemas que cada uno vive se pueden comunicar, pero son personales e intransferibles y, por mucho que queramos, no podemos sustituir al otro en sus vivencias, podremos acompañarle, pero no sustituirle, por eso debemos ayudarle a vivir en una creciente riqueza interior para que no pierda los dones que va recibiendo en su diálogo vital con Dios y con los que le rodean.

Jesús, vivió su experiencia de ser proclamado Mesías desde un realismo profundo sin ir más allá de donde la realidad iba y sin perder de vista lo que el Padre esperaba de Él. Sabía lo que venía y hasta dónde llegaba la verdad de lo que le rodeaba... Su persona no soñaba, siempre estaba despierta a la Palabra insonora de Dios... Tenía un despierto oído de discípulo... Pidámoslo para nosotros también.

Dios nos bendiga y nos conceda vivir a plenitud esta Semana Santa, allí donde estemos y hagamos lo que tengamos que hacer.

Me encomiendo a sus oraciones.

Unidos en oración con María, nuestra Madre Auxiliadora:

P. José Mª Doménech SDB

domingo, 10 de abril de 2011

CICLO A – TIEMPO DE CUARESMA - DOMINGO V

CICLO A – TIEMPO DE CUARESMA - DOMINGO V

La vida es el Don más preciado que Dios nos ha confiado y, en Cristo, le da plenitud de felicidad: solo es necesario creer y fiarse de Él

Ez. 37, 12-14: "Pueblo mío, Yo abriré los sepulcros de Uds. y les haré salir de ellos y les haré entrar en la tierra de Israel. Entonces… sabrán que Yo soy el Señor. Les daré mi Espíritu y recobrarán la vida… y entonces sabrán que Yo, el Señor, lo he anunciado y lo he cumplido".

Sal. 129: "En el Señor se encuentra la misericordia"

Rm. 8, 8-11: "Los que viven dejándose llevar por sus criterios ‘carnales’, no pueden agradar a Dios. Pero Uds…. viven… según… los [criterios] del Espíritu, porque el Espíritu de Dios habita en Uds. y, si alguno de Uds. no tuviera el Espíritu de Cristo, no sería de Cristo… Si habita en Uds. el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos, también su Espíritu… dará vida a sus cuerpos mortales".

Jn. 11, 1-45: "…las dos hermanas de Lázaro enviaron a decir a Jesús: «Señor, el que amas está enfermo». Jesús dijo: «Esta enfermedad no es mortal, es… para que el Hijo de Dios sea glorificado en ella»… Después de recibida la noticia de la enfermedad, se quedó todavía dos días allí donde estaba… Después dijo a los discípulos: «Volvamos a Judea»… Cuando Jesús llegó hacía cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro… Marta… salió a recibirlo… y le dijo: «Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano…»… Jesús le dijo: «Yo soy la Resurrección y la Vida… ¿Crees esto?» Ella le dijo: «Sí, Señor. Yo creo que Tú eres el Mesías. El Hijo de Dios que tenía que venir al mundo». Dicho esto fue a llamar a su hermana María y le dijo en voz baja: «El Maestro está aquí y te llama»… [Jesús] se conmovió profundamente… y preguntó: «¿Dónde lo han puesto?» Ella le dice: «Ven y lo verás»… Jesús dijo: «¡Quiten la loza!» Marta le dijo: «Señor, ya está en descomposición…». Le responde Jesús: «¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?»… Jesús alzó los ojos al cielo y dijo: «Padre, te doy gracias porque me has escuchado… para que lo sepa la gente que me rodea y crea que Tú me has enviado» Dicho esto, gritó fuerte: «Lázaro, sal fuera… Desátenlo y déjelo caminar»... Al ver lo que hizo Jesús, muchos judíos… creyeron en Él."

Vivimos convencidos de que a la vida debemos sacarle todo el jugo, pero no sabemos bien cómo hacerlo… Cuántas veces nos salen mal muchos intentos. Y, a veces, probamos de todo.

Queremos que nuestra vida sea grande y plena. Sentimos tener este derecho. ¡Y es así! Para eso fuimos creados. Pero vemos que, desde el inicio, la vida está marcada por la muerte.

El Señor no nos crea con trampa: pone en nosotros la conciencia para que, percibiendo nuestra realidad final, la busquemos alcanzar. Él va señalándonos el camino. Nos toca seguirlo.

Somos propensos a la soberbia, sordera, ceguera, esclavitudes de todo tipo: eso nos lleva a enfermarnos a todo nivel y hasta a la muerte de la Vida, antes que el cuerpo fenezca. El Señor nos dice: «Yo soy la Resurrección y la Vida. Quien cree en Mí… no morirá para siempre».

La vida en el Espíritu de Dios garantiza nuestra vida y su maduración, personal y social

El pueblo de Dios deambula por el desierto y, por su pecado, ve su propia destrucción.

El profeta habla de la próxima acción renovadora de Dios en la cual su Pueblo verá la plenitud de la vida, tanto personal como social, y cumplidas todas sus esperanzas para siempre.

Es muy diverso vivir según nuestros deseos, aun buenos, o hacerlo según el Espíritu de Cristo

Replegarse sobre sí mismo y buscar los ‘propios intereses’ es un real suicidio, aunque, al principio, nos guste y hasta pueda parecernos beneficioso. El futuro real es la ruina de la persona. El criterio del cristiano es vivir según el Espíritu de Cristo: dar vida siempre, como Jesús.

Por la Fe y el Bautismo, somos consagrados en Cristo, y, aun viviendo en la carne, el Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos nos pide vivir en la Vida Nueva de Cristo en medio del mundo, aunque éste no nos acepte y veamos crecer nuestras dificultades.

Creer en el Señor Jesús es hacer caso a lo que nos pide: veremos cómo se renueva la vida

Jesús es enviado por el Padre para dar vida a todos hasta su plenitud. Los hombres, ante los errores de los demás, castigan, para que lo pague. Jesús ante los errores, salva.

Él salva con el don de su vida. Su muerte es Gracia de Amor para la Vida Nueva. En Él encontramos nuestra Vida y Resurrección, sin importar cuánto nos hayamos equivocado.

Pidamos a María aceptar, aprovechar y vivir, en el Espíritu, el don de la Vida de Jesús.

Y ya llegamos al penúltimo domingo de cuaresma.

Demos gracias a Dios por la Gracia de su Amor recibida durante este tiempo y preguntémonos cómo la hemos aprovechado.

Toda la vida es nuestra responsabilidad personal. Los mandamientos, la Palabra de Dios, los Sacramentos, la Comunidad cristiana, las orientaciones de los pastores en ella, son todos apoyos y gracias del Señor que nos ama personalmente. Pero lo que Él no puede hacer es tomar nuestras decisiones personales, de ésas, de cada una de ellas, somos solo y exclusivamente nosotros los realmente responsables.

El domingo que viene viviremos el último domingo de la Cuaresma de este año. Con él Dios nos invita a disponer nuestro espíritu para celebrar el misterio de la Muerte y Resurrección del Señor Jesús. Vivamos esta semana especialmente atentos a la Palabra de Dios, fruto de su Amor personal hacia cada uno de sus hijos.

Este domingo se nos ayuda a recordar, y se nos invita a profundizar, en la gran verdad de que Jesús es la Resurrección y la Vida y que con Él todo puede renovarse, si nosotros aceptamos vivir según lo que nos pide: dejarnos guiar por el Espíritu Santo, el Espíritu que condujo toda la vida humana de Jesús y conduce ahora la de la Iglesia, aunque en ella haya muchos que parecería que no le hicieran demasiado caso.

No olvidemos cuáles son los frutos del Espíritu Santo, que anima la vida de la Iglesia, Cuerpo de Cristo, y de cada uno de sus miembros. San Pablo nos los recuerda en varias de sus cartas. Revisemos continuamente si aparecen en nuestra vida cotidiana y los ofrecemos a los que nos rodean, puesto que, si no están, eso es prueba de que no somos miembros vivos de Cristo y vivimos guiados no por el Espíritu de Jesús sino por las apetencias naturales, sujetas al límite y, por tanto, a la muerte, que no es nuestro futuro final. Y, si así están las cosas, estamos mal y es necesario convertirse para no hacer inútil en nosotros la Pascua de Jesús, a la que nos estamos preparando desde hace ya más de cuatro semanas completas.

Dios nos acompaña siempre: ¡seámosle cada día más dóciles para ser más profundamente felices, pues es a lo que estamos llamados a vivir desde el inicio de nuestra existencia!

Dios nos bendiga a todos.

Les pido una oración para que nosotros, los miembros de esta Comunidad Diocesana de Río Gallegos, especialmente por los cristianos que vivimos en la Comunidad de Puerto Deseado, para que aprovechemos la inmensa Gracia del Jubileo Diocesano que comienza este domingo a las 1900 hrs. y concluirá el 10 de abril del año que viene. Queremos anunciar y celebrar que el Señor ha visitado a su Pueblo, nos acompaña y jamás se separará de él.

Muchas gracias por su oración. Yo no dejo nunca de orar todos los días por Uds.

Unidos en oración con María, nuestra Madre Auxiliadora:

P. José Mª Doménech SDB

domingo, 3 de abril de 2011

CICLO A – TIEMPO DE CUARESMA - DOMINGO IV

CICLO A – TIEMPO DE CUARESMA - DOMINGO IV

Dios nos da su Luz, Jesús, para que superemos nuestras cegueras y sepamos vivir y tratar a las personas desde los criterios de Dios

1S. 16, 1.6-7.10-13a: "El Señor dijo a Samuel: «Llena de aceite el cuerno y vete. Yo te envío a casa de Jesé, el de Belén, porque he visto entre sus hijos al que quiero como rey… No te fijes en su aspecto ni en lo elevado de su estatura… Dios no mira como mira el hombre, porque el hombre ve las apariencias, pero Dios ve el corazón»… Desde aquel día el Espíritu del Señor descendió sobre David".

Sal. 22: "El Señor es mi pastor, nada me puede faltar"

Ef. 5, 8-14: "Antes Uds. eran tinieblas, pero ahora son luz en el Señor. ¡Vivan como hijos de la luz! Los frutos que nacen de la luz son la bondad, la justicia y la verdad. Sepan discernir lo que agrada al Señor y no participen de las obras estériles de las tinieblas; al contrario, pónganlas en evidencia… Por eso se dice: «Despiértate tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo te alumbrará»".

Jn. 9, 1-41: "Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento… escupió en tierra, hizo barro… se lo puso sobre los ojos… y le dijo: «Ve a lavarte en la piscina de Siloé». El ciego fue, se lavó y volvió viendo. Los vecinos… se preguntaban: «¿No es éste el que, sentado, pedía limosna?»… Él decía: «Soy yo realmente»… fue llevado ante los fariseos… también le preguntaron… Él respondió: «Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo»… Se produjo una división entre ellos… Le dijeron nuevamente al ciego: «Y tú ¿qué dices del que te abrió los ojos?» Él respondió: «Es un profeta»… Le dijeron: «Tú naciste lleno de pecado, y ¿quieres darnos lecciones a nosotros?» Y lo echaron de la sinagoga. Jesús se encontró con él y le dijo: «¿Crees en el Hijo del hombre?» Él respondió: «¿Quién es, Señor, para que crea en Él?» Jesús le dijo: «Ya lo has visto: es el mismo que está hablando contigo» Entonces él exclamó: «¡Creo, Señor!» Y lo adoró…"

Jesús es la Luz del mundo, y nos pregunta a nosotros también: «¿Tú crees en el Hijo del hombre?» El ciego de nacimiento confesó su Fe de palabra y de hecho: ¡le adoró! ¿Y nosotros? ¿Qué dicen nuestros hechos?

Él nos enseña a meditar la Palabra de Dios para vencer toda tentación; el Padre nos pide que escuchemos a Jesús para ser transformados según su gloria; Jesús nos ofrece el Agua Viva que nos hace fecundos y capaces de construir la vida con una Vida que, si la vivimos, puede transformar la realidad; este domingo Jesús se nos presenta como Luz del mundo, para iluminarnos a nosotros, ciegos, a fin de que aprendamos a descubrir la riqueza de la Palabra y del Espíritu que nos ofrece y seamos, de verdad, libres para vivir como resucitados en Cristo.

Jesús desea abrir nuestra conciencia, ojos interiores, para lo podamos reconocer a Él como nuestro personal Salvador y a las otras personas como nuestras hermanas en el Padre.

Él ilumina las oscuridades de nuestra vida, para que veamos más allá de las apariencias. Pero debemos abrirnos a Él y así viviremos como hijos de la Luz, según Pablo nos pide.

Sin buscar los criterios correctos según la mente de Dios, las apariencias pueden engañarnos

Dios lleva la historia, siempre respetando a las personas y sus decisiones, incluso cuando éstas están equivocadas, por caminos de salvación. Lo más sensato, por tanto, para no desviarnos ni errar ni perjudicar a los demás, es que consultemos y respetemos la Voluntad de Dios.

Quien busca vivir con los criterios de Dios acertará en sus decisiones fundamentales.

Pablo nos pide a todos los bautizados estar atentos a la Luz de Dios para no vivir engañados

Por el bautismo, judíos y cristianos, somos el pueblo elegido de Dios. Llamados a vivir como lo que somos en Cristo: hombres nuevos. El pecado siempre tienta, pero podemos vencer.

Debemos dejarnos conducir, nos pide Pablo, por la Luz de Cristo y, en Él, ser constructores del bien, la justicia y la paz en la verdad, denunciando la muerte que vive en las tinieblas.

Si nos reconocemos ciegos, nos iluminará la Luz salvífica de Dios: ¡todo depende de nosotros!

Quien ya sabe, no aprende; quien ya tiene, no busca; quien ya goza, no anhela ni lucha. Es lo que les pasaba a los fariseos. Se creían “no-ciegos”, por eso no necesitaban nada de Jesús.

El ciego de nacimiento, nos ayuda a entender que la riqueza de la Luz de Cristo es una oferta para quienes buscan, anhelan y luchan por aprender a vivir en la Vida Eterna de Dios.

Pidamos a María aprender cada día a vivir en la Luz del Amor de Dios en Cristo Jesús.

Es el cuarto domingo de Cuaresma: domingo de la Luz.

El Señor se nos presenta como la Luz que nos ayuda a mirar el mundo con los ojos del Mesías.

"Hace barro y se lo pone en los ojos".

¿No nos recuerda otra página bíblica?

A mí me recuerda el segundo 'relato' la creación de la persona humana en el segundo capítulo del Génesis. Fue creada con 'barro' al que se le enriqueció con el 'aliento de Dios' ("Ruaj" = Espíritu) propio del Amor de Dios por la vida.

Ya en el primer capítulo del Génesis se habla del Espíritu y lo primero que hace este Espíritu de Dios para ordenar la "tierra informe" es dar la Luz (Verdad) para la vida y el bien de cada uno de los seres. La luz todo lo aclara y permite el orden. Así la vida puede desarrollarse hasta la confiada intimidad con Dios, que aparece hacia la mitad del relato del tercer capítulo del Génesis.

No estamos ante nada improvisado.

Dios lo tiene todo planificado desde el principio, pero nada podrá llegar a su plenitud sin el consentimiento de la persona humana.

¿Crees en el Hijo del hombre?, le preguntará al ciego recién curado y expulsado, por su Fe, de la sinagoga...

También a nosotros nos lo pregunta.

Tal vez no nos tomamos demasiado en serio ni la pregunta ni la respuesta, pues a nosotros no nos han expulsado, por nuestra Fe, de ningún lado...

Tal vez para muchos de nosotros creer es tan ordinario, rutinario y hasta (Dios no lo permita) tan baldío y casi sin importancia real, que ni lo alimentamos, no lo revisamos, ni lo asumimos como un reto continuo.

No creo que sea así para nuestros hermanos de Pakistán, que se las tienen que ver con una persecución perpetua y de parte de personas que están convencidas de que al atacarles por su Fe lo que hacen es dar gloria a Dios (al que llaman Alá, pero que es, para ellos, y muy en serio, Dios Soberano y Misericordioso), en quien los cristianos, perversos, no quieren creer (trato de entender lo que, de algún modo, creo yo que viven o piensan muchos musulmanes sinceros y de buena voluntad).

Pablo nos invita a vivir como lo que somos desde la creación, y más desde el don del Evangelio: hijos de la Luz...

Que no nos engañen las apariencias de nuestro mundo, que son muchas y muy poderosas, pues no solo son apariencias ya de por sí llamativas, sino que están cargadas de lovis, propaganda, 'luces de bengala' y miles de promesas de éxito que "se ve" y hasta, aparentemente, se "impone".

Quien solo mira y se alimenta con lo que encuentra "tejas abajo" ya está perdido, por muy bautizado que esté... O cambia de perspectiva o, en él, la Gracia de Dios se estrellará, con todas las responsabilidades que esto trae consigo en la propia persona y en el daño que se hace los que nos rodean y se fijan en nosotros como modelos (padres de familia / maestros / cristianos laicos / sacerdotes / religiosos).

Siempre llegamos a lo mismo: nosotros tenemos la última decisión...

Dios ya no puede hacer más, pues no puede imponerse, pues eso sería destruir su obra. Y es un absurdo destruir para salvar.

Recemos por nuestros hermanos que sufren tanto desconcierto y dolor por todo tipo de desastre y en todas partes.

Dios nos bendiga a todos y que nos abramos más y más a su Luz, Vida, Paz y Amor.

Unidos en oración con María, nuestra Madre Auxiliadora:

P. José Mª Doménech SDB