viernes, 14 de mayo de 2010

HISTORIA DEL TEMPLO DE MARÍA AUXILIADORA



La historia del templo de María Auxiliadora se remonta a 1906, año de la llegada de los primeros salesianos. Ellos improvisaron una pequeña capilla en la casona donada por Don Juan Hilarión Helguero Carrasco.
En 1915, con la conclusión del primer piso del nuevo colegio salesiano, construido por el P. Octavio Ortiz Arrieta, se pudo adecuar un local como capilla. Éste estaba situado, según se ingresa por la puerta de la calle Libertad, a la derecha, frente a la Regencia y la dirección. Hasta hace poco funcionaba en su lugar la secretaría, la dirección y la sala de videos de colegio de primaria, mientras éste no se trasladaba junto al Don Bosco.
Era un pequeño y modesto era el santuario. Dos filas de bancas y al fondo el altar mayor, teniendo al centro y en la parte superior la imagen de la Virgen, acompañada a los costados por las imágenes de Don Bosco y Domingo Savio. Cinco grandes ventanas daban a la calle Libertad.
Con el aumento del estudiantado y la cada vez más creciente cantidad de feligreses se vio la necesidad de construir un nuevo templo.
En el año de 1918, los terrenos Lancaster salieron a subasta pública. Siendo de interés de los Salesianos la adquisición de los referidos terrenos para construir el templo de María Auxiliadora, el Padre Director se presentó como uno de los postores para la compra de los referidos terrenos. Cuando se cumplió el plazo señalado para la verificación respectiva, en el Colegio San Miguel, bajo la presidencia del señor Prefecto Ramón Valle se reunió la Junta de almonedas. Cumplidos todos los requisitos exigidos por la ley se procedió al remate y como no hubieron más postores, que el Director de la Escuela Salesiana, que previamente había hecho el depósito de ley, obtuvo la buena pro, quedando el terreno mejorado con un sol y subiendo el valor a S/ 1619 que debían ser pagados al recibir la Resolución Suprema.
Con respecto a la compra de estos terrenos hay un hecho cierto, que figura en las crónicas escritas por los mismos Salesianos. Al parecer alguno de los dueños no deseaba vender, o tenía otros planes; el hecho es el siguiente: El Padre Inspector en presencia de varios salesianos amigos y niños de la Escuela enterró unas Medallas en esos terrenos al parecer destinados a guardar en sí el fruto de la opulencia y de la vanidad. Puesto a remate no hubo postores unas veces y por último debiendo ser adquirido por la señora Manuela O. de Vega que había decidido levantar en esos lugares un Palacio de gobierno, les concedió una subvención de S/. 6500 para que pudieran ensanchar el local y prohibió terminantemente el remate que había dado ella misma. La definición definitiva y perpetua de los terrenos que dispensaba a María Auxiliadora, lo que parecía casual fue netamente providencial, dueños ya los Salesianos de una extensión igual al valor de la base del terreno, se presentaron como los únicos postores en el remate que se verificó el 7 de enero obteniendo sin oposición de ninguna clase, quedando así concluido este asunto a favor de la Congregación Salesiana cuyo fin, fue levantar a María Auxiliadora un templo.
Otro hecho contado por el Padre José María Doménech, que a su vez lo escuchó a otros Salesianos, se refería al hecho de, que, el Padre Inspector había lanzado unas medallistas de la Virgen hacia los terrenos y esto al parecer habría ablandado el corazón de las personas que en un primer momento se negaban a vender y que luego lo hicieron sin ofrecer ningún problema.
El RP. José Reyneri, siendo Inspector de las casas salesianas del Perú apoyó con todo entusiasmo el proyecto. En acto multitudinario, realzado por las autoridades, estudiantes y fieles devotos, colocó la primera piedra, en ceremonia apadrinada por el prefecto del departamento el 04 de Junio de 1933.
Al P. Fortunato Chirichigno, en su calidad de Director de esta casa de estudios le correspondió emprender con tesón y perseverancia la construcción de la obra hasta dejarla en estado de poder entregarla al servicio del culto. Fue en 1939 que la obra fue concluida por su sucesor RP. Juan Hefter y en ceremonia revestida de la mayor solemnidad, el 14 de Mayo de 1939 fue inaugurada por Mons. Moisés Sabogal, Párroco de Catacaos en representación del Administrador Apostólico de la entonces Diócesis de Piura.
Una placa de mármol guarda los nombres de los distinguidos y altruistas benefactores de la Obra: Monseñor Carlos García Irigoyen, Monseñor Aurelio Guerrero, Enrique Verdeguer, José Silva, Julio Murillo, José Rojas, Manuel Checa, Pedro Gonzales C, Teodoro Balarezo, Daniel García Lemus, Enrique Del Carmen Ramos, Adolfo Riofrío, Ramón Romero, Teodoro Zapata, Manuel Helguero, Gabriel Seminario, Dionisio Romero, Feliciano Del Campo, Roberto Carrión Pérez. Otra de las placas está dedicada a la Archicofradía (Hoy Asociación de María Auxiliadora ADMA), teniendo a Francisca De Carranza como presidenta y como integrantes: Magdalena de Palacios, Ofelia de Agurto, Herminia Cerro, Jesús Vega, Mercedes Palacios, Ana María Ríos, Carmen Palma, y Rosa Trelles y como bienhechoras: Aniana de Romero, Ana María de Beer, Victoria de Balarezo, Manuela Odar de Sánchez, Beatriz de Jiménez, Genara de Carrasco. Todas ellas distinguidas damas piuranas que merecen el amor agradecido de los piuranos de ayer de hoy y de siempre.
En el período comprendido entre 1943 y 1947 el RP. Director. José Sáfarik hizo construir la torre del templo, en los años siguientes su sucesor el RP. Teófilo Guaylupo hizo instalar los relojes de la torre, los que hasta la fecha continúan marcando la hora. El 1° de Mayo de 1956, con motivo de las Bodas de Oro de la Familia Salesiana de Piura, se consagró el altar mayor construido todo él con mármol de Carrara (Italia).
La imagen de María Auxiliadora, está tallada en madera de Pino hecha por un coadjutor salesiano en el taller de arte y escultura de la Escuela Profesional Salesiana de Sarriá-Barcelona (España). Se dice que es una de las más bellas imágenes que existen en el mundo. Con 1,65 mts., de alto, 80 ctrs., de ancho y un pedestal de 23 ctrs., fue traída de España el 23 de Mayo de 1920.
Con el transcurrir de los años la imagen se fue deteriorando, especialmente por las lluvias e inundaciones de 1983 por lo que hubo necesidad de restaurarla. En 1989 fue llevada a Lima, donde Carlos del Mar Pacheco y el piurano Héctor Suárez García realizaron un extraordinario trabajo al respecto a un costo de un millón 67 mil Intis sufragados por sus devotos.
En 1994 el RP. Javier Gaínza, en su calidad de director del Colegio Salesiano, modernizó el templo con el cambio del piso de loseta por el de mármol; así también se cambió el equipo de amplificación.
Hoy en día el templo de María Auxiliadora continúa siendo el sagrado recinto que nos acoge y nos llena de orgullo por su riqueza ornamental y espiritual.
A fines del año 2005, siendo Director del Colegio el P. José María Doménech, se hizo la más reciente remodelación con la reorientación de la parte elevada del presbiterio con el altar mayor, ambón y sede en forma oblicua, de tal manera que, tanto los fieles de la nave central, como los de la parte lateral, llamada del colegio, puedan apreciar suficientemente bien a quien presida la celebración.

Francisco Rosas Castillo

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